Reseña por: DAVID IMAGINAUTA
Título original: Dao (刀); The Blade
Director: Tsui Hark
Productor: Tsui Hark
Compañia: Film Workshop, Golden Harvest, Paragon Films
Guión: Tsui Hark
Director acción: Stephen Tung, Meng Hoi y Yuen Bun
Interpretes: Xin Xin Xiong, Moses Chan, Song Lei, Man Cheuk Chiu, Valerie Chow, Collin Chou, Jason Chu, Michael Tse, Ray Chang, Ricky Ho
Descripción: Después de la dimisión del jefe de la fábrica de sables Sharp Manufacturer, se decide nombrar sucesor a On, un trabajador poco popular e incapaz de imponerse sobre sus colegas. Entonces comienza una aventura llena de venganza que tiene como objetivo acabar con un malvado, volador y tatuado maestro del kung fu que mató a su padre.
Comentarios: Vi esta película en medio de una tormenta veraniega de las que te abren las puertas de la terraza entre viento, rayos y truenos. No creo que eso haya ayudado a inflar mi valoración pero seguro que si que ha mejorado la experiencia. Os adelanto que la película en si es una jodida obra maestra. Por poner un ejemplo asequible a todos, supone al cine wuxia lo que el Batman de Nolan al de superhéroes. Toma una franquicia clásica -el espadachín manco de Jimmy Wang Yu- y la reinterpreta visual y conceptualmente con herramientas y sensibilidad “modernas”, en este caso noventeras, que es lo que paradójicamente permite que un remake se convierta en un clásico y contribuye a que envejezca bien. Sentido en el que “The Blade” da sopas con hondas a innumerables producciones afines en intenciones pero muy inferiores en recursos.
Cuando vi los fotogramas que me animaron a descargarla creí que el protagonista era el excelente Andy Lau (“La Casa de las Dagas Voladoras” o “Infernal Affairs”), luego me di cuenta de que no, de que en realidad se trataba de Vincent Zhao (“True Legend”) un actor algo olvidado pero de gran calidad marcial, en ese aspecto muy superior a Lau quien recibió clases durante su etapa formativa como actor (Escuela de Actuación de la TVB) pero no puede compararse con el currículo de Zhao, quien procede de un linaje de practicantes y es maestro en el t’ai chi ch’uan. El director Corey Yuen le había reclutado en 1992 como antagonista de Jet Li en “Fong Sai Yuk”, una película de corte similar a la saga de “Érase una vez en China“, donde lució excelentemente. En el set de la película conoció a Tsui Hark, director del film que nos ocupa, quien tenía en ese momento problemas contractuales (pasta) con Jet Li y le ofreció Vincent el papel de Wong-fei Hung en la continuación de la saga EUVEC. En el marco de esta colaboración llegó también el papel de On en “The Blade”.
El resto del improbable elenco es a su vez excelente y adecuado. La joven actriz Song Lei, paradójicamente en su última película, actúa como narrador de la historia a través del personaje de Siu Ling, la hija del herrero en cuya fragua transcurre gran parte de la historia. Obsesionada con dos de los trabajadores, intenta conseguir que estos se peleen por sus favores con bastante poco éxito, en lo que yo describiría como una muy acertada descripción del tipo de intrigas que gustan a cierto tipo de niñas malcriadas. No me meteré aquí en el berenjenal de teorizar sobre el porcentaje de la población total de féminas al que representa esta actitud dado que mis comentarios sobre la película ya me llevaron a pelearme con mi mujer.
Otro rol femenino es el de la inquietante prostituta interpretada por Valerie Chow. Un personaje que ríe sin parar, aunque de una forma condenadamente histérica, que le hace parecer siempre a punto de tirarse ventana abajo o de clavarle unas tijeras en el ojo a algún incauto. El camarada de On, el primario Cabeza de Hierro interpretado por Moses Chan, bebe los vientos por ella y acaba secuestrándola para rescatarla, en una maniobra que ella misma señala como éticamente dudosa y no menos reprobable que la de sus anteriores captores y violadores.
Complementaremos el resto del casting relevante mencionando a gente como el hermano de Kara Hui (Austin Wai) oficiando de padre de Siu Ling y maestro de la fragua de la “Forja Afilada”; Collin Chou en una breve aparición retrospectiva como el padre de On mientras usa el estupendo nombre de “Sable Gordo” (lo juro); o ese villano llamado “Dragón Volador” que, como dice Emi tiene, jeta de muy poco fiar, interpretado por Xiong Xin-Xin, una estrella dentro del cuerpo de stuntmens de HK y el hombre detrás de muchas de las heroicidades de Jet Li en pantalla. Como podéis ver se trata de un grupo de serie B que seguramente fue perjudicado por el cambio de orientación de la películas y de técnicas de filmación de los 90. Menos acción, más efectos especiales y mucho menos talento genuino.
The Blade resulta bastante coral, sacando mucho partido de las dinámicas de esta ristra de personajes tan atípicos como sus actores. Mientras que la trama y su puesta en escena colaboran a darle al conjunto un componente de realismo mágico que te mantiene desorientado. Al estilo de las aldeas fantasmales del spaghetti western intuimos que estamos en una China rural y preindustrial, pero al revés que en otras producciones de época no tenemos ni pajolera idea de si es la dinastía Ming, Chang o incluso una China post-apocalíptica inventada para la ocasión.
Me ha gustado el abundante uso de primeros planos con una buenísima calidad de fotografía, algo que también percibimos en el inteligente uso de los filtros. También el epiléptico movimiento de cámara de Tsui en las escenas de combate, a lo Wong Kar Wai. Todos estos valores, más el diseño de producción, con ecos del cine de animación fantástico, están supeditados al tono oscuro, dramático, sucio y brutal del film. La película te introduce en un mundo cercano a la desesperación desde su primera escena de acción, la que protagoniza un forzudo y solidario monje shaolin, y no lo abandona ni llegado a su final como historia de acción ni en el melancólico epílogo de los personajes.
Desgraciadamente, en su día se dio tremendo batacazo económico en la taquilla de HK (59º en recaudación) lo que no ha impedido que con los años gane relevancia y prestigioso incluso en una filmografía tan densa en exitazos como la de Hark. Para mi es sin duda la mejor que ha hecho. Lo mismo porque el hype estaba menos inflado que en otras ocasiones o quizás porque es que realmente es la leche. En todo caso ahora vedla vosotros y configurad vuestro propio ranking.
+La coreografía de Stephen Tung, Meng Hoi y Yuen Bun que concluye con una escena absolutamente cumbre del género. El duelo volador versus estilo tornado del final.
+Buenísimo ritmo. Algo no siempre habitual en Tsui Hark.
+La cinematografía (filtros, enfoque, profundidad, iluminación…) de Kwok-Man Keung.
-Su fracaso económico anunciaba el final de nuestra nuestra época de HK favorita. Los cierres de era tienen estos giros de guión impensados. Del mismo modo que la edad de Oro del Western nace con Ford en “La Diligencia” (1939) y acaba con el Ford de “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962) también el swordsplay antiheroico y rico en hemoglobina nace con un espadachín manco (1967) y cierra con otro (1995).
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